«Dos caminos se bifurcaban en un bosque, yyo-yo tomé el menos transitado»
The Road Not Taken, de Robert Frost, es uno de los poemas más famosos de todos los tiempos. A menudo se lee, se cita y se enseña en la escuela y se cita en muchas publicaciones (incluida ésta).
Habla del autor que llega a una bifurcación en el camino y tiene que elegir qué dirección tomar.
El matrimonio es un camino largo y tortuoso, lleno de baches, colinas y valles. Durante la mayor parte del viaje puede ser tranquilo, pero la vida y el amor son igualmente imperfectos, por lo que el terreno acabará ofreciendo algunos obstáculos
Uno de esos obstáculos -a menudo el mayor- es la infidelidad. Cuando una pareja engaña, es aplastante en todos los aspectos. Anula los votos que se intercambiaron el día de la boda y mancha la belleza del amor que una vez fue sin mancha
Cuando se produce una infidelidad, no es como el bache de una pelea o los problemas de dinero, sino como una bifurcación en el camino. Nos muestra dos caminos para seguir adelante, ambos diferentes del camino que hemos recorrido hasta ahora. Ambos requieren compromiso, pero en direcciones diferentes; de ahí la bifurcación.
Permanecer juntos y aguantar
Un camino que es una opción es el de la lealtad al otro y a la relación. A pesar de la infidelidad de uno o ambos miembros de la pareja, algunos pueden optar por honrar los votos de por vida desde el día de su boda. Este enfoque no tiene nada de malo, pero conlleva sus propios obstáculos. Si una pareja no tiene cuidado, por mucha lealtad que se practique, el resentimiento y la desconfianza asomarán sus feas cabezas.
Yo recomendaría encarecidamente buscar un consejero matrimonial que pueda ser objetivo y proporcionar orientación separada de las emociones del matrimonio. Intentar mejorar la relación sin ayuda después de un episodio de infidelidad es como intentar dejar de fumar de golpe; va a ser un viaje largo y duro, lleno de tentaciones y errores. Al igual que el fumador que utiliza la ayuda de un parche o chicle de nicotina, complemente su intento de arreglar su matrimonio con la ayuda de un tercero. Un consejero está capacitado para ayudarle a ver la causa de la aventura, pero también lo que se puede hacer para seguir adelante. Puede daros a ti y a tu pareja cosas en las que trabajar y medidas para curar la herida que ha dejado la infidelidad. Es probable que esa herida sea profunda y complicada, no intentes arreglarla tú solo.
Este camino o sendero a tomar es uno que involucra un inmenso compromiso del uno con el otro y con el perdón. Una vez que todo está puesto sobre la mesa, ambas partes tienen que trabajar por el perdón. Si el matrimonio va a durar después de un acontecimiento tan traumático, no tiene ninguna posibilidad de amargura y resentimiento. Si te ves incapaz de aceptar lo que ha hecho tu pareja, no permanezcas en el matrimonio sólo porque te parezca honorable. Es cierto que envejeceréis el uno con el otro. Pero la vida que elijáis llevar juntos será miserable, llena de hombros fríos y tratamientos silenciosos. ¿De verdad quieres vivir así? Para contrastar, veamos el otro camino que podrías tomar una vez que llegues a la bifurcación.
Alejarse del matrimonio
Algunas heridas pueden curarse y otras no. Pregúntale a cualquier médico o cirujano de urgencias y te dirá que hay personas a las que pueden salvar, y otras, que a pesar de sus esfuerzos, no pueden.
La única diferencia entre una herida física y una herida emocional es la visibilidad. Si te haces un corte en el brazo, tienes pruebas que mostrar a un médico, y éste puede proceder a hacer su trabajo en consecuencia. Una herida emocional no se ve; es incógnita. Sabes que está ahí, pero no puedes mostrársela a alguien y decirle «esto es lo que me pasa, ¿puedes curarme?»
Si la herida emocional es demasiado profunda, alejarte de tu matrimonio puede ser la única forma de curarte. Permanecer con alguien que te ha herido de una forma tan traumática sólo servirá para recordar ese dolor
¿Te imaginas que alguien te apuñalara físicamente y luego tuvieras que despertarte con su cara todos los días? La herida emocional causada por el engaño de alguien podría doler igual, así que ver su cara una y otra vez no puede ayudar.
Ver a esa persona día tras día es un recordatorio de dos cosas; ambas profundamente tristes. Una es el recuerdo de lo que te ha hecho a ti y a tu relación. La otra es el recuerdo de cómo era vuestra vida antes de la infidelidad. En su rostro aún ves el destello de la persona de la que te enamoraste. Eso, unido a la evidencia de su reciente infidelidad, es suficiente para volverte loco.
A veces, alejarte de esa persona y de tu matrimonio es lo mejor que puedes hacer por ti mismo. Sin duda será una de las cosas que más miedo te den, pero puede ser importante para tu salud emocional a largo plazo
Al igual que si eliges seguir con tu marido o mujer después de una aventura, buscar un consejero o psicólogo es algo que deberías plantearte hacer. La vida es un territorio desordenado, confuso y lleno de incógnitas. Un profesional de la salud mental es un guía que ha aprendido herramientas para ayudarle con el viaje. Ir solo puede ser intimidante, pero también peligroso. Un consejero o psicólogo podrá mantener tus patrones de pensamiento sanos y tus acciones positivas
El mayor regalo que pueden darte es la perspectiva de tu situación. Eres humano, y es casi imposible que observes tus circunstancias con emoción desapegada. Un profesional de la salud mental no sólo puede hacerlo por ti, sino que puede enseñarte a hacerlo por ti mismo. No podrás seguir adelante y crear una relación sana con otra persona hasta que puedas crear una relación sana contigo mismo a través de la observación objetiva.
Sea cual sea el camino que elijas tomar, comprométete plenamente. Ninguno de los dos caminos te llevará a la felicidad si no tienes la intención de continuar en esa dirección. Si eliges quedarte, no llegarás muy lejos si sigues pensando en cómo podría ser tu vida si te hubieras ido. Si eliges terminar el matrimonio, no podrás crear ninguna relación saludable en este camino a menos que cortes los lazos con el pensamiento del otro lado de la bifurcación.
La infidelidad presenta esta bifurcación y eres tú quien debe elegir qué camino tomar. Nadie conoce tu relación como tú, así que elige el camino que mejor se adapte a ti y a tu pareja
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