Se suele decir que la infidelidad no suele ser el problema principal, sino un síntoma (aunque muy doloroso) de otros problemas. Estoy seguro de que la mayoría de la gente desearía que no fuera así, porque poder aislar el engaño es reconfortante. Una vez que le pones nombre, como cuando dices que tienes la gripe, tienes la sensación de que hay remedio. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el engaño no es así. Es más bien esa tos persistente que podría ser un resfriado, una neumonía o la peste. Y tanto con la gripe como con el engaño, alguien tendría que echar un vistazo al resto de tus síntomas para determinar el diagnóstico.
Entonces, ¿por qué la gente engaña en las relaciones?
Ahora, cuál es la causa, ese es el proverbial agujero negro. A veces, sí, las personas que engañan lo hacen simplemente por el sexo. A veces, no es por la relación, sino simplemente porque el infiel no respeta el matrimonio. Es sólo una tos con fácil solución. Pero en la mayoría de los casos, la infidelidad se produce como parte de una telaraña de otras cosas: una conexión febril con alguna otra persona que satisface alguna necesidad insatisfecha. Esa necesidad, así…. Tal vez sea una necesidad de aumentar la autoestima, y ser deseado les hace sentirse bien, aunque sólo sea por un momento. Para otros, la intimidad con su cónyuge actual es rechazada con demasiada frecuencia, y el engaño les aporta una sensación de conexión. A veces, se trata de control. En el matrimonio, quizá el cónyuge se siente infantilizado; pierde el control sobre qué ver en la televisión, la capacidad de elegir qué comer, etc., y el engaño le da una sensación de poder.
Comprender por qué alguien ha engañado es imprescindible para saber cómo seguir adelante, pero al igual que cada persona afronta el dolor o el aburrimiento de forma diferente, no hay un único camino en el que fijarse. Comprender puede ser un proceso.
Entenderlo es sólo el primer paso
Mantener una relación con alguien que ha engañado depende totalmente de si quieres y puedes perdonar.
Hay razones que una persona puede tener para seguir en una relación con alguien que ha engañado, y algunas de esas razones no deben ser ignoradas. la pregunta «¿deberías perdonar?», que la víctima del engaño suele escuchar, es relativa. Cada uno tendrá una respuesta diferente. Pero querer perdonar…. ésa es la cuestión. Y sí, hacerlo es difícil; sin embargo, ser capaz de perdonar es el quid mismo de mantener una relación que ha estado bajo la presión de la infidelidad.
He aquí cómo empezar:
1. Comprenda por qué se produjo la infidelidad. Yo recomendaría a un especialista/tercera persona para esto, ya que a veces ni siquiera la persona que hizo la infidelidad entiende del todo el atractivo por el que correr ese riesgo parecía merecer la pena.
2. Busque una muestra de propiedad por parte del infiel. A veces, el que engañó culpa a su pareja, una práctica poco saludable que puede acarrear más problemas en la relación.
3. Acepte que el infiel «repare el daño» Sentirse traicionado es doloroso, pero sentir que a la persona que te engañó no le importa que estés herido es como recibir dos puñaladas. Y, francamente, suele ser una señal de que a la relación podrían faltarle algunos elementos fundamentales.
Ve a ver a alguien. Sinceramente, deberías intentar ir en cuanto sientas que algo no va bien, porque arreglar un agujero es más fácil que reconstruir un barco. Pero incluso si el engaño ya se ha producido, ve a ver a alguien. La gente piensa que no hay reparación después de que alguien engaña. Pero yo he trabajado con parejas que han superado con éxito la infidelidad, incluso cuando ésta se prolongó durante años
Mantener un matrimonio después de cualquier traición puede ser un trabajo muy duro. Pero la única medida que realmente hay que tener para saber si una relación puede o no funcionar después de una infidelidad es si tú quieres o no que funcione.
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