El descubrimiento de una aventura puede ser uno de los acontecimientos más traumáticos de su vida. Si tu pareja es la que ha tenido la aventura, te ves obligado a ver tu vida de una forma totalmente distinta. La forma en que miras tu pasado es diferente. Puede que tu presente sea tan doloroso que te parezca una faena levantarte de la cama por las mañanas. Su futuro puede parecer sombrío, o puede que le cueste verlo. Si eres la pareja que te fue infiel, puede que te cueste verte a ti misma o a tu pareja de la misma manera. Puede que incluso se cuestione quién es porque nunca pensó que pudiera hacer algo así. Muchas parejas deciden intentar superar el dolor y seguir juntos. Pero, ¿cómo hacerlo cuando se ha destruido la confianza?
La decisión
El primer paso real para reconstruir la confianza tras una infidelidad es decidir que quieres trabajar en la relación, aunque no sea una decisión permanente. En mi consulta, muchas parejas acuden a terapia sin estar seguras de si quieren seguir juntas o no. La consejería de discernimiento es apropiada para una pareja que está tratando de averiguar si quieren reparar su relación. No suele ser el mejor momento para trabajar la confianza. Tiene que haber seguridad en la reconstrucción de la confianza. Cuando una pareja decide «aguantar» cuando está pasando por la parte difícil de reconstruir, pueden crear seguridad
Ser honesto
En lo más profundo del dolor, las parejas heridas buscan respuestas a preguntas para las que quizá no tengan palabras. Empiezan preguntando por los detalles. ¿A quién? ¿Quién? ¿Cuándo? Son preguntas logísticas que parecen interminables. Se están ahogando y parece que las respuestas a estas preguntas son el único salvavidas que pueden ver. La mayoría de estas preguntas deben responderse para recuperar la confianza. Ser completamente abierto y honesto (incluso cuando es doloroso) es necesario para permitir que la pareja herida empiece a confiar. Nuevos secretos o falta de honestidad ahondarán el dolor y separarán a la pareja. Si el cónyuge ofensor ofrece respuestas a las preguntas antes de que se las hagan, esto puede recibirse como el máximo acto de amor. Guardar secretos para proteger a la pareja genera desconfianza.
Rendir cuentas
El cónyuge infractor que intenta restablecer una relación tras una infidelidad debe rendir cuentas de su comportamiento pasado y presente. Esto puede significar renunciar a la intimidad en aras de la comodidad de la pareja perjudicada. Algunas parejas contratan a investigadores privados para demostrar que el agresor es fiel. Otras parejas comparten contraseñas y permiten el acceso a cuentas secretas. La pareja perjudicada puede pedir acceso e información que puede parecer intrusiva. Rechazar este acceso puede significar que la confianza no puede reconstruirse. El cónyuge ofensor puede tener que decidir entre la privacidad y la restauración en algún momento del proceso de recuperación.
Una relación que lucha contra la pérdida de confianza no está condenada. Muchas parejas pueden recuperarse, y lo han hecho, tras el descubrimiento de la infidelidad. La recuperación requiere el esfuerzo de ambas partes y la determinación de hacer lo necesario para que funcione. Una vez recuperadas, muchas relaciones salen más fuertes que nunca. Hay esperanza en la curación, y las cosas pueden mejorar.
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